La Reforma educativa y su compromiso con los mexicanos
Jueves 12 de Septiembre de 2013 hrs.
Al parecer, la aprehensión de la ex líder magisterial, Elba Esther Gordillo, no fue suficiente para doblegar al magisterio nacional y acabar con las prácticas huelguistas.
Los maestros del país, en especial los de la Coordinadora Nacional (CNTE), han mandado el mensaje de que no será fácil someterlos…
Los líderes sindicales del magisterio, a los ojos de la opinión pública y del magisterio del país, pierden su poderío, aunque se encuentren realizando desesperadamente estrategias obsoletas y doblegadas, con los gobiernos estatales y federal.
La prueba, es sin duda la poca y deficiente influencia que han tenido sobre las manifestaciones magisteriales, quienes se siguen realizando para pedir a las autoridades gubernamentales, excluir de la reforma educativa, lo que según ellos, es un abuso. Mientras estas, se mantienen firmes en las decisiones tomadas.
Aparte de todo ello, la Reforma Educativa de la nueva administración federal, marca pautas para enfocar este rubro, hacia la formación de mexicanos con una mejor calidad educativa.
Quizá el gobierno federal, no le esté acertando en algunas decisiones, con excesos además en algunas de las reformas que se están proponiendo pero, en cuanto a la de la educación, se han manejado puntos que invariablemente, han sido vicios que han frenado e incluso atrasado, la calidad educativo en México.
El líder del Snte, en el estado de Quintana Roo, Rafael González Sabido se jala “los pelos” buscando meter en cintura a los maestros disidentes, sin conseguirlo. Esta problemática ha sido una prueba de que el liderazgo se gana, no se toma. De nada han servido sus comentarios, sus mensajes conciliatorios y promesas vanas. Los maestros lo ignoran.
Por otro lado, el cambio de estrategia del gobernador Roberto Borge, de pasar de la represión y la violencia, al diálogo y a la pacificación, le dejaran más resultados positivos. Quien le haya aconsejado devolver la agresión y la violencia de la que fue objeto hace algunos días, se equivocó. Por ello, se aplaude su actitud conciliatoria para buscar puntos convergentes que eviten, situaciones de peligro, quizá provocados por terceros para provocar desestabilización política y social en Quintana Roo.
El sindicado de maestros del SNTE y ahora los del CNTE, sin duda están tratando de mostrar músculo, no solo en la ciudad de México, sino en 23 estados del país, buscando revocar reformas que les quitan sus muchísimos patrocinios, y que solo benefician a la niñez y juventud de México.
El magisterio en este país se fue denigrando de tal manera, que la educación pública fue denostada por la mala calidad educativa. Así mismo, la falta de asistencia magisterial, las prebendas dadas al magisterio y un sistema educativo arcaico y atrasado, han sido la lacra de la educación mexicana.
Por esta razón, cada vez más, los padres de familia mexicanos han tenido que recurrir a la educación privada, realizando un verdadero sacrificio y esfuerzo para darles una mejor educación a sus hijos.
Colegios privados que por cierto, cubren un mejor y eficiente programa educativo, pero que lo hacen gracias a los pagos de colegiaturas exageradas, que al final, los padres de familia tendrán que liquidar por no tener otra opción a la mano. Colegiaturas por cierto, que estarán en disyuntivas sobre las mesas de muchas familias mexicanas, si el gobierno federal insiste en gravar este tipo de educación.
Quizá el gobierno federal se vaya con el pensamiento de que quienes pagan este servicio privado educativo, son los que más tienen. Se sorprenderían si realizaran una encuesta, al saber que miles de familias mexicanas, prefieren abstenerse de otras necesidades y, con sacrificio poder ofrecerles una educación digna a sus hijos.
Esto, no debería de suceder si la educación pública en México, estuviera a la par de la educación privada y, que el magisterio en este país, fuera seleccionado de acuerdo a sus capacidades y vocación y no por los dedazos o ventas de plazas, como ha sucedido hasta ahora.
Muy lejos acabaron los tiempos en que los maestros, terminaban carreras del magisterio por vocación. Atrás quedaron aquellos profesores de rancherías, poblados, comunidades alejadas que, con regla en mano, enseñaron a millones de mexicanos a escribir y a leer por unos cuantos pesos y un viaje a caballo o en el peor de los casos, en burro o bicicleta.
Ahora, nadie quiere y evita viajar a escuelas de las comunidades, ni a lugares que provoquen el cansancio de unas horas de viaje.
El magisterio, desde hace algunos años, se hace por conveniencia y comodidad, no por vocación. Si acaso mejoro un poco, cuando se exigió que, para cursar la carrera magisterial, sería necesario tener el bachillerato concluido y así terminar con una licenciatura.
Sin embargo, no fue suficiente. Por ello, la Reforma Educativa, deja en un hilo a millones de maestros, que no están preparados para impartir clases. Muchos de esos maestros, por cierto, son de escritorio, con el pretexto de estar comisionados, pero ganando jugosos salarios.
Habría que hacer un censo, serio y de conciencia en Quintana Roo, sobre los maestros comisionados en diversos cargos, dentro del propio sindicato, e incluso realizando labores en gobiernos municipales y estatales, lo que implica cobrar doble salario. Esas son las prácticas que supuestamente la Reforma Educativa propone, así como el presentarse a oposición para aspirar a una plaza y no por dedazo, así como los exámenes de conocimientos que se aplicaran al ingreso y periódicamente.
Estas son las “anormalidades”con las que están en desacuerdo los maestros. La solución es sencilla: que se preparen, que estudien, que sean mejores educadores, que les emerja la vocación, aunque sea por el incentivo salarial. Los líderes sindicales se tendrán que conformar con representar a los maestros y a seguir recibiendo sus jugosos salarios y beneficios que obviamente, reciben de las autoridades del país.
Ahora, también le queda a los gobiernos estatales y federales, cumplir el compromiso de ofrecer más y mejores infraestructuras educativas, mejores salarios a los maestros menor preparados, más y mejor material para los estudiantes, mejores herramientas y ingresar a la vanguardia de un país moderno y culto. Y todas esas promesas que han ofrecido y que se adhiere a esa reforma.
Cada año escolar, se repite la misma historia; cientos o miles de niños y jóvenes mexicanos, se quedan sin derecho a ingresar a centros eductivos, la educación a nivel medio superior y superior se ve afectada; aunado por supuesto a que cada año estos niveles de educación pública rechazan a miles de estudiantes por no tener lugares suficientes.
El compromiso es conjunto y el beneficio es un solo: un mejor y moderno nivel educativo. Nadie, debería en este siglo XXI, quedarse sin el derecho a asistir a una escuela y vivir en la ignorancia o "recibir" educación, en situaciones precarias, como sucede en algunas zonas marginanadas, que lo hacen en la intemperie, en medio de la nada, teniendo como escenario, la propia naturaleza..
Los maestros del país, en especial los de la Coordinadora Nacional (CNTE), han mandado el mensaje de que no será fácil someterlos…
Los líderes sindicales del magisterio, a los ojos de la opinión pública y del magisterio del país, pierden su poderío, aunque se encuentren realizando desesperadamente estrategias obsoletas y doblegadas, con los gobiernos estatales y federal.
La prueba, es sin duda la poca y deficiente influencia que han tenido sobre las manifestaciones magisteriales, quienes se siguen realizando para pedir a las autoridades gubernamentales, excluir de la reforma educativa, lo que según ellos, es un abuso. Mientras estas, se mantienen firmes en las decisiones tomadas.
Aparte de todo ello, la Reforma Educativa de la nueva administración federal, marca pautas para enfocar este rubro, hacia la formación de mexicanos con una mejor calidad educativa.
Quizá el gobierno federal, no le esté acertando en algunas decisiones, con excesos además en algunas de las reformas que se están proponiendo pero, en cuanto a la de la educación, se han manejado puntos que invariablemente, han sido vicios que han frenado e incluso atrasado, la calidad educativo en México.
El líder del Snte, en el estado de Quintana Roo, Rafael González Sabido se jala “los pelos” buscando meter en cintura a los maestros disidentes, sin conseguirlo. Esta problemática ha sido una prueba de que el liderazgo se gana, no se toma. De nada han servido sus comentarios, sus mensajes conciliatorios y promesas vanas. Los maestros lo ignoran.
Por otro lado, el cambio de estrategia del gobernador Roberto Borge, de pasar de la represión y la violencia, al diálogo y a la pacificación, le dejaran más resultados positivos. Quien le haya aconsejado devolver la agresión y la violencia de la que fue objeto hace algunos días, se equivocó. Por ello, se aplaude su actitud conciliatoria para buscar puntos convergentes que eviten, situaciones de peligro, quizá provocados por terceros para provocar desestabilización política y social en Quintana Roo.
El sindicado de maestros del SNTE y ahora los del CNTE, sin duda están tratando de mostrar músculo, no solo en la ciudad de México, sino en 23 estados del país, buscando revocar reformas que les quitan sus muchísimos patrocinios, y que solo benefician a la niñez y juventud de México.
El magisterio en este país se fue denigrando de tal manera, que la educación pública fue denostada por la mala calidad educativa. Así mismo, la falta de asistencia magisterial, las prebendas dadas al magisterio y un sistema educativo arcaico y atrasado, han sido la lacra de la educación mexicana.
Por esta razón, cada vez más, los padres de familia mexicanos han tenido que recurrir a la educación privada, realizando un verdadero sacrificio y esfuerzo para darles una mejor educación a sus hijos.
Colegios privados que por cierto, cubren un mejor y eficiente programa educativo, pero que lo hacen gracias a los pagos de colegiaturas exageradas, que al final, los padres de familia tendrán que liquidar por no tener otra opción a la mano. Colegiaturas por cierto, que estarán en disyuntivas sobre las mesas de muchas familias mexicanas, si el gobierno federal insiste en gravar este tipo de educación.
Quizá el gobierno federal se vaya con el pensamiento de que quienes pagan este servicio privado educativo, son los que más tienen. Se sorprenderían si realizaran una encuesta, al saber que miles de familias mexicanas, prefieren abstenerse de otras necesidades y, con sacrificio poder ofrecerles una educación digna a sus hijos.
Esto, no debería de suceder si la educación pública en México, estuviera a la par de la educación privada y, que el magisterio en este país, fuera seleccionado de acuerdo a sus capacidades y vocación y no por los dedazos o ventas de plazas, como ha sucedido hasta ahora.
Muy lejos acabaron los tiempos en que los maestros, terminaban carreras del magisterio por vocación. Atrás quedaron aquellos profesores de rancherías, poblados, comunidades alejadas que, con regla en mano, enseñaron a millones de mexicanos a escribir y a leer por unos cuantos pesos y un viaje a caballo o en el peor de los casos, en burro o bicicleta.
Ahora, nadie quiere y evita viajar a escuelas de las comunidades, ni a lugares que provoquen el cansancio de unas horas de viaje.
El magisterio, desde hace algunos años, se hace por conveniencia y comodidad, no por vocación. Si acaso mejoro un poco, cuando se exigió que, para cursar la carrera magisterial, sería necesario tener el bachillerato concluido y así terminar con una licenciatura.
Sin embargo, no fue suficiente. Por ello, la Reforma Educativa, deja en un hilo a millones de maestros, que no están preparados para impartir clases. Muchos de esos maestros, por cierto, son de escritorio, con el pretexto de estar comisionados, pero ganando jugosos salarios.
Habría que hacer un censo, serio y de conciencia en Quintana Roo, sobre los maestros comisionados en diversos cargos, dentro del propio sindicato, e incluso realizando labores en gobiernos municipales y estatales, lo que implica cobrar doble salario. Esas son las prácticas que supuestamente la Reforma Educativa propone, así como el presentarse a oposición para aspirar a una plaza y no por dedazo, así como los exámenes de conocimientos que se aplicaran al ingreso y periódicamente.
Estas son las “anormalidades”con las que están en desacuerdo los maestros. La solución es sencilla: que se preparen, que estudien, que sean mejores educadores, que les emerja la vocación, aunque sea por el incentivo salarial. Los líderes sindicales se tendrán que conformar con representar a los maestros y a seguir recibiendo sus jugosos salarios y beneficios que obviamente, reciben de las autoridades del país.
Ahora, también le queda a los gobiernos estatales y federales, cumplir el compromiso de ofrecer más y mejores infraestructuras educativas, mejores salarios a los maestros menor preparados, más y mejor material para los estudiantes, mejores herramientas y ingresar a la vanguardia de un país moderno y culto. Y todas esas promesas que han ofrecido y que se adhiere a esa reforma.
Cada año escolar, se repite la misma historia; cientos o miles de niños y jóvenes mexicanos, se quedan sin derecho a ingresar a centros eductivos, la educación a nivel medio superior y superior se ve afectada; aunado por supuesto a que cada año estos niveles de educación pública rechazan a miles de estudiantes por no tener lugares suficientes.
El compromiso es conjunto y el beneficio es un solo: un mejor y moderno nivel educativo. Nadie, debería en este siglo XXI, quedarse sin el derecho a asistir a una escuela y vivir en la ignorancia o "recibir" educación, en situaciones precarias, como sucede en algunas zonas marginanadas, que lo hacen en la intemperie, en medio de la nada, teniendo como escenario, la propia naturaleza..