Desempleo e IVA: Mala combinación
Miércoles 27 de Noviembre de 2013 hrs.
Todos dicen que en enero, la situación financiera del país y en especial de Quintana Roo, subirá peldaños, y superará la crisis económica actual.

Otros, los más pesimistas, invitan a la reflexión, y no recurrir a cifras alegres, sobre todo, después del impacto que representará el alza del impuesto al valor agregado (IVA) en las zonas fronterizas.

Y vaya que impactará, porque, más allá del descalabro que supuestamente sufrirá el sector empresarial y turístico, quienes tendremos que pagar los “platos rotos”, seremos los ciudadanos comunes y corrientes. Se avecina un alza de precios y servicios que, sufrirán irremediablemente los gastados “bolsillos” de los quintanarroenses.

Sería ocioso medir culpas. Seguramente, los cerebros financieros que edificaron la cuentas mediante el alza al IVA fronterizo, tendrá algún atenuante que nos hará desistir al recurrente pensamiento del linchamiento, aunque sea en nuestros sueños.

Más allá de sus abultadas billeteras, quienes prometieron la defensa en contra del alza al IVA, no la tienen fácil. Se habrán preguntado todos los días al acostarse por las noches muy de noche y al levantarse por las mañanas, no tan de mañana: ser o no ser. O lo que es lo mismo, estar o no estar. Pues parece que estuvieron…

Pero, por más que se busque en los recovecos de una mente adolorida por los trancazos financieros, el panorama nomás no cuadra. Y como, si no tienes empleo, como solventas los gastos familiares, como evitas perder tu patrimonio, como ahuyentas la tragedia familiar causada por la falta de recursos? Son muchas preguntas y tan pocas soluciones.

Muchos dirán, que pensamiento pesimista pero, hasta eso, muchos lo toman como terapia ocupacional, sin sueldo. Otros, los más vulnerables, recurren a soluciones extremas. Tal y como sucedió hace algunas semanas en Chetumal. Ese hombre lo había perdido todo, hasta la dignidad.
De la noche a la mañana, fue despedido de la ingrata burocracia, luego de muchos años de trabajo. Como efecto domino, perdió la casa, el carro y la familia. Ya sabes usted, ni aguantó nada la señora, lo dejó porque ya no había para comer. Así que sin esperanzas, apoyo ni dinero, recurrió al método que cada día se está haciendo más patente en el estado: el suicidio.

Pero, esas solo son simplezas. Que venga el IVA, que no haya empleo, por más que se busque, que los grupos políticos secuestren puestos de trabajo, hasta los más insignificantes, que cada tres años o seis, sigamos viendo pasar caras y caras, hasta entonces desconocidas, hasta con un dejo de envidia la verdad. Caras que después desaparecerán como llegaron, bueno no, serán más saludables y felices, por lo que se llevan. Lejos quedaron los días de tristeza de cuando llegaron a la llamada “Tierra de oportunidades”...