El recuento político de los informes municipales.
Lunes 24 de Septiembre de 2012 hrs.
Los enfrentamientos que tuvieron en Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, los perredistas Sebastián Uc Yam y José Domingo Flota Castillo, en el marco de sus respectivos primeros informes de gobierno, por malversación de fondos y mal gobierno, demostró una crisis política interna en esos municipios, difícil de superar.

Ambos, se encuentran en la mira de la ciudadanía de la zona, y están atrapados por sus propios cabildos y la falta de quehacer político que han demostrado. Una ciudadanía que espera, no muy pacientemente, respuestas positivas de sus demandas. El de Carrillo Puerto, no sintió lo seguido, sino lo tupido, cuando su cabildo impidió llevar a cabo su lectura. Días más tarde lo hizo pero, el daño ya estaba hecho.

La misma medicina se recetó en el municipio de Lázaro Cárdenas. Un municipio acechado por los enfrentamientos de grupos políticos, que creen que la ley del “garrote” es la más conveniente y adecuada. María Trinidad García Arguelles, la flamante alcaldesa panista, quien ya esta en los ánimos de la ciudadanía, terminó de igual manera sin un éxito contundente.

Eran los primero informes de gobierno municipales, en donde se estrenaban los alcaldes. Fue un inicio que al parecer contagio a todos. Los actos solemnes de Cabildo, aquellos majestuosos y respetuosos actos, cambiaban su tradicional presencia, para convertirse en tramas diversas.

Con peticiones de juicios políticos, cuentas claras y transparentes, antagonismos políticos y un sinfín de detalles, que lograron un misterioso y dramático espesor en el panorama político social en el estado.

Y si en la Zona Maya las cosas están que arden, el sur del estado no tuvo mejor suerte. El alcalde de OPB, Mario Villanueva Tenorio, de extracción priísta, ha sido poco a poco, acorralado en parte por sus propios errores y, por otro lado, por el poco entendimiento político que ha tenido -y tienen con el-, desde el gobierno estatal y federal.

La comuna se hace pedazos y el, solo va recogiendo lo que puede y como puede. El Cabildo en pleno, ha tratado de tomar el mando de manera extraoficial, presionando fuerte, muy fuerte. Tanto, que la comuna está a punto de colapsar por las malas relaciones que llevan estos con el alcalde chetumaleño.

Sin embargo, el antagonismo político y de índole personal del alcalde con algunos miembros de ese Cabildo, ha deja ver un gobierno resquebrajado política y financieramente, en donde los que se llevan la peor parte son, los trabajadores municipales.

Muy modestamente, el alcalde de Bacalar, leyó su informe. Que más podría hacer en un municipio que acaba de crearse, con pocos recursos y muchas necesidades. Sin embargo, aquí se podría comprender la falta de inversión pública por las circunstancias e historia el recién creado municipio de Bacalar.

En Tulum, luego del paso de la polémica ex alcaldesa priísta Edith Mendoza, pareciera que ya no habría nada más que decir y hacer. Una leve calma política ha llegado, aunque, no podría decirse lo mismo de las fianzas que hoy Martín Cobos Villalobos, el alcalde sustituto priísta, urge en re direccionar, fortalecido por obvias razones, por el apoyo del gobernador Roberto Borge.

En Isla Mujeres, la ausencia de disturbios, no sugirió un gobierno panista ejemplar. Finalmente la ausencia de un informe de actividades claras y progresistas del gobierno del alcalde Hugo Iván Sánchez Montalvo, no convenció. No hub, no hubo manifestaciones o disturbios pero, no hubo fondo.

Y, para que los informes de gobierno municipales no se quedarán sin la visita de los “azules”, con la fuerza pública in facto, Solidaridad dio el ejemplo. Dicen algunos testigos, que la policía municipal, hizo uso de su fuerza inncesaria y decidió dispersar, muy a su manera, y discretamente ordenada tras bambalinas, a un grupo de solidarenses que se manifestaban en pleno Informe de Gobierno del alcalde de Solidaridad. Otros comentan que, fueron enviados –los ciudadanos-, ex profeso con el fin d desestabilizar el informe del alcalde priísta Filiberto Martinez.

Julián Ricalde Magaña, el famoso alcalde “Charro” de Benito Juárez, leyó su informe en medio de las críticas, de paleros, de controversias pero, con una plaza de la Reforma llenita. Al menos su cabildo, no le dio problemas, se cuadró y sin mayores problemas, terminó su noche triunfal.

Al día siguiente, claro, ya tendrían una lista interminable de críticas. Con un informe inflado dirigido a un público de “Charrolandia”, dijeron algunos. Nadie le creyó, al menos eso señalaron los priístas. Las cifras alegres, la ausencia de una realidad sin cortinas y un sinfín de pequeños detalles, lograron unificar criterios en su contra.

Pero, si algo se le tiene que reconocer a Ricalde, es precisamente la capacidad que tiene para mover el “bigote”, al esbozar una sonrisa enigmática y seguir su camino, a su manera y nada más.
Y como dicen que el último será el primero, en Cozumel, Aurelio Joaquín, fue el último de los alcaldes de Quintana Roo, en dar cuenta a la ciudadanía de sus actividades durante los últimos 17 meses, pero no por ello, se ausentaron los malosos y los golpeadores políticos.

Fue el único de los alcaldes, que logró clase y política en sus informe. Apenas unas horas antes, había sido víctima de los plagiarios cibernéticos de las redes sociales, quienes a través de mensajitos tuiteros, se habían encargado de propagar la inasistencia del Gobernador Borge, de una falta de público a la explanada de la bandera, de un sinfín de situaciones, que nada tenían que ver con la realidad que se vivía en isla de las Golondrinas.

Finalmente, sí llegó el gobernador, quien por cierto lo hizo tarde -2 horas de retraso-, debido a su compromiso en la Ciudad de México con miembros de la Conago y el equipo de transición del presidente electo, Enrique Peña Nieto.

El público si acudió a la explanada para presenciar el informe de Aurelio Joaquín. Y, ni siquiera la muerte de su ex jefe policiaco, la cual se la quisieron atribuir moralmente y de mala manera al alcalde, le restó brillo a su lectura y al acto solemne.

La presencia del Cabildo cozumeleño, del apoyo y solidaridad de estos y de funcionarios municipales que sus detractores a toda costa quieren enfrentar, logró terminar su informe, rodeado las autoridades esperadas, de sus gobernados y de su familia y amigos.

Quebrar el ímpetu de Aurelio Joaquín, está difícil. Si le afectó la demora de dos horas, si le movió el tapete los comentarios mal intencionados, si le afectó hasta las lágrimas la partida de su ex colaborador y amigo, no lo dijo, ni lo hizo público. Siguió responsablemente con el programa. Y mire usted que hasta el agua lo entendió y respeto. Bastó unos minutos de terminado su informe para que cayera un aguacero en la Isla, pero ya todo, había terminado. Ni hablar…cuando se tiene, se tiene y Aurelio demostró que tiene todo para seguir adelante.

Con el alcalde cozumeleño, se cerraban los informes municipales luego de 17 meses de gobierno. Se concluía, un acto político que va perdiendo mucho en el camino. Ciertamente, la voz del pueblo, las exigencias y las demandas sociales, tienen que ser escuchadas. Pero, la historia política en Quintana Roo se escribe de otra manera en estos días. Un dejo de nostalgia no deja de sacudir la memoria.

El recuento político es grave: Tanto alcaldes perredistas, panistas y hasta priístas, nos dejaron un sabor amargo en la boca. Como en una revolución mal encauzada, cada quien toma sus armas, apunta pero, no sabe a quien darle. El fuego es fuego y acribilla, hasta al amigo.